Una vez leí que “los pensamientos no vienen de la mente, vienen del alma” y que para sanarla, lo único que tenemos que hacer es escucharla. Parece sencillo, pero cuando te pones a ello no es tan fácil en la práctica.
*Si quieres, también puedes disfrutarlo en mi podcast de iVoox (es gratuito).
Ese pequeño gesto de escucharnos a nosotros/as mismos/as implica parar completamente nuestra actividad por unos minutos; no hacer nada más que simplemente escuchar nuestros pensamientos en silencio y quietud.
A más de uno/a le estará sonando terrorífico, ¿verdad? Para otros/as en cambio es como beber de la fuente de la serenidad infinita.
¿Has intentado alguna vez permanecer quieto/a y en silencio, con el cuerpo y la mente en calma? Seguro que tus pensamientos se rebelaron al poco y estabas en todo menos en el momento presente en ti mismo/a. Seguro que cualquier postura te resultaba incómoda al instante, o te daban picores insospechados y repentinos que te «obligaban» a moverte.
En palabras de Wayne Dyer, “la paz es el resultado de reentrenar la mente para que procese la vida COMO ES, en lugar de como tú piensas que debería ser”.
Empezando por tomar consciencia de cómo es para ti la realidad en este momento… Tómate unos segundos para contestar. Detrás de tus respuestas a estas preguntas verás tu verdadera autoestima y resiliencia.
¿Qué crees que hay detrás de tu necesidad de estar “ocupado/a” en todo momento?
Regálate ahora mismo 5 minutos en silencio y haz este pequeño ejercicio mindfulness:
Encuentra una postura cómoda pero digna, es decir, que tu espalda esté estirada y tu cabeza no caiga, pero sin tensión ninguna.
Cierra tus ojos suavemente y lleva tu atención al aire que entra y sale por tu nariz. Deja que tu respiración fluya con naturalidad, a su ritmo.
Lo habitual, si no tienes experiencia, es que sientas que no sabes cómo respirar cuando le prestas atención, pero intenta dejarte llevar sin más por su vaivén. Aunque parezca una tontería, estás entrenando el desapego y la aceptación. Dos conceptos vitales para una vida plena.
A medida que tu mente comience a presentarte pensamientos, que lo hará, limítate a dejarlos pasar. Sin darle más importancia, regresa amablemente tu atención al aire que entra y sale por tu nariz.
Haces esto para no identificarte con tus pensamientos. De esta forma irás pausando tu mente, pues no eres tú, sino fenómenos pasajeros que pasan en tu mente como las nubes pasan por el cielo arrastradas por el viento.
Cuando terminen los 5 minutos, reflexiona sobre qué pensamientos has tenido y qué significado tiene eso para ti. Este ejercicio te ayudará a saber cómo funciona tu mente y qué es lo que te “ocupa” en ese momento.
Nuestro nivel de autoestima y de autoconfianza se ve reflejado en nuestra postura corporal y gestualidad. Aquello que habita en nuestra mente se refleja en nuestro cuerpo, transmitiendo mucha información sobre cómo somos.
Desde aquí agradezco a Manu León que aceptara mi invitación a participar en mi canal de Youtube para que comparta con nosotros su experiencia de superación, un camino de resiliencia desde el bullying hasta convertirse en coach de autoestima y maestro de defensa personal (especialidad krav maga). Aquí tienes el enlace a la entrevista.
Desde el punto de vista del mindfulness, cualquier estado de la mente nos puede servir para meditar. La ira o la tristeza pueden ser tan interesantes, tan útiles y tan válidas de observar como el entusiasmo o la alegría, y mucho más valiosas que una mente en blanco, pues nos ofrecen más información sobre nosotros/as mismos/as.
Sin embargo, si eres principiante en esto, te desaconsejo meditar tú solo/a cuando no estés de buen ánimo, pues quizás no sepas enfrentarte a lo que te puedas encontrar al escarbar en tu interior.
Una mente en calma implica una buena inteligencia emocional. Para profundizar en el tema, recuerda que tienes a tu disposición mi entrenamiento online. Aquí puedes obtener tu aprendizaje Mindfulness.
Te invito a que entres en mi canal de YouTube y descubras las 4 estrategias resilientes que te ayudarán a reconectar con tu calma interior a pesar de la situación adversa que estés viviendo.
Te dejo un resumen aquí:
Minuto 3:08 – Evasión o evitación: me tomo una pausa, desconecto del problema, me distraigo con otra cosa, en definitiva, me alejo para recargar pilas.
Minuto 4:43 – Integración: aquello que te está incomodando no es más que un reflejo de tus debilidades; son lecciones que te ayudan a mejorar.
Minuto 5:33 – Transmutación: transformar lo negativo en algo positivo, cambiando tu actitud ante el problema; ya no es un obstáculo, ahora es una oportunidad.
Minuto 6:57 – Perspectiva: cuando abres tu mente a nuevos enfoques, cambias tu percepción de la realidad, así que no temas abordarla desde diferentes puntos de vista.
Confío en que estas estrategias y el ejercicio mindfulness te ayuden a conectar con tu calma mental en los momentos difíciles. Termino con un fragmento del Tao Te Ching para que reflexiones:
“Nacemos suaves y blandos, muertos somos rígidos y duros.
Las plantas nacen flexibles y tiernas; muertas son quebradizas y secas.
Así lo rígido e inflexible es discípulo de la muerte, lo suave y adaptable es discípulo de la vida.
Entonces una armada sin flexibilidad nunca gana la batalla; un árbol rígido se rompe fácilmente.
Lo duro y lo rígido decaerá, lo suave y flexible prevalecerá.”
Si necesitas acompañamiento para tu desarrollo personal, tan solo cuéntame y te ayudo a avanzar.
Gracias por compartir este artículo. Sígueme en redes (@InmaRomeroMCP) y no te pierdas mis recomendaciones y consejos para tu crecimiento personal y profesional.
EL CAMBIO SE PRODUCE A BASE DE PEQUEÑOS PASOS.
Feliz día!!
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