La psicología positiva nos ha vendido el lema «QUERER ES PODER» como si de una fórmula mágica se tratase. Sin embargo, esta conocida frase motivadora tiene sus matices en la vida real. Porque cuando el camino no se ve claro, es inevitable que tus pasos sean confusos y tu meta se te resista.
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Si bien es cierto que la felicidad es cuestión de actitud (porque no es tanto aquello que tienes sino el valor que tú le das a aquello que tienes), también es cierto que no podemos evitar la frustración cuando no alcanzamos aquello que deseamos.
¿Por qué por más que le pongo ganas al asunto, por más que me enfoco y me enfoco en mi objetivo, sigue fuera de mi alcance?
Lo más habitual es que el error de base esté en la definición de aquello que quieres conseguir, es decir, en la definición propia de tu objetivo. Tendemos a describir nuestros objetivos en función de lo que NO queremos conseguir porque el no es más fácil de delimitar que el sí quiero.
Por ejemplo: busco una pareja que me quiera, que NO sea celosa, que NO beba demasiado, mejor que NO fume, que le gusten las mascotas y los niños, que NO me diga lo que tengo que hacer, que NO me controle el teléfono, que NO tontee con cualquiera…
Sin darnos cuenta acabamos enfocándonos en lo que NO queremos tener y nos olvidamos de lo que realmente estamos buscando. ¿Cómo podemos solucionarlo? Pues definiendo de forma positiva y concisa el objetivo desde el principio para no perder el tiempo.
En el caso del ejemplo anterior podría ser: quiero una pareja que me quiera, que me respete y confíe en mí, que cuide su salud, que le gusten las mascotas y los niños, que me escuche y esté pendiente de mí.
Ahora vuelve a leer las 2 descripciones y observa cómo cambia lo que sientes al enfocarte en una y en la otra versión. ¿Percibes la diferencia? Llena tu objetivo de emociones positivas que te ayuden a visualizar cómo de bien te sentirás al alcanzarlo.
Un objetivo es cualquier cosa que quieras conseguir, material o inmaterial. Puede ser comprar un coche, o una casa, o un anillo, tener una pareja, un hijo, un ascenso, ganar una carrera, hablar en público, nadar, cambiar un hábito o superar un miedo, etc.
Lo importante es que el objetivo lo marques tú, es decir, que no sea algo que deberías hacer o que otras personas quieren para ti. Necesitas tener una razón intrínseca, un motivo propio para querer hacerlo. Tener presente tu motivación intrínseca fortalecerá tu compromiso con el plan de acción. Así que una vez que sepas aquello que sí quieres conseguir y tengas una razón que te entusiasme para conseguirlo, podemos empezar a trabajar en la definición de tu objetivo y en ese plan de acción que te llevará a lograrlo.
A continuación te voy a explicar las 5 preguntas IMPRESCINDIBLES que hacemos en coaching para definir bien tu objetivo y lograr alcanzarlo con éxito. Te presento el famoso SMART.
Para que un objetivo funcione, tiene que ser lo más concreto posible. Es necesario hiperespecificar lo que se quiere conseguir en términos positivos, es decir, lo que sí quiero, no lo que no quiero. Por ejemplo, «quiero perder 10 kilos comiendo más sano«. Parece concreto porque quiere perder exactamente 10 kilos, pero ¿a qué se refiere con eso de «comer sano» y cuándo sabrá que pesa 10 kilos menos?
No es un objetivo bien definido porque incluye términos genéricos. «Comer sano» no es concreto, implica tener una dieta equilibrada, comer más verduras que carne, tomar alimentos ricos en fibra, no abusar de las calorías, evitar los productos procesados, etc, etc.
La definición del objetivo sería más exacta si en vez de decir «comer sano» se especificase ese cambio de dieta, como por ejemplo, comer verduras y hortalizas todos los días, reducir la ingesta de carnes a una vez a la semana, eliminar los dulces y las grasas saturadas…
Sin embargo, esto en vez de a objetivo empieza ya a sonar a un plan de acción, ¿no te parece?
Ser medible significa que existen indicadores directos o indirectos para comprobar tanto los avances como cuándo exactamente se alcanza el éxito.
Si seguimos con el ejemplo de «quiero perder 10 kilos comiendo más sano«, a simple vista parece que cumple el requisito de ser medible, pero no está bien expresado. Sería más correcto decir que «quiero bajar de los 68 kilos actuales a 58 kilos en un plazo de 3 meses desde hoy mediante una dieta sana y equilibrada«.
¿No te parece que así es más tangible la meta? ¿Que ves más claro cuándo se alcanza el éxito? ¿Que tienes una forma de medir los avances concreta? ¿Qué ves el camino?
Para definir bien tu objetivo y no frustrarte, éste ha de ser un reto alcanzable. Esto implica necesariamente que seas consciente de tus limitaciones reales, para así no generar expectativas más allá de tu realidad. Ya que por mucho que quieras cabalgar sobre un unicornio, lo siento, no existen.
Imagina que el objetivo de «quiero perder 10 kilos comiendo más sano» lo planteamos estando ya por debajo del peso ideal. Física y biológicamente, este objetivo es perjudicial para la salud y llega un momento en el que una dieta saludable no ayudará a perder más peso. Ponerte metas fuera de tus posibilidades sólo te generará malestar y puede incluso dañar tu autoconfianza y tu autoestima, al no sentirte capaz de conseguir lo que te propones.
Y esto enlaza con la siguiente cuestión.
Define tu objetivo acorde a tu realidad. Elije retos que sí puedes lograr, aquello que puedes conseguir porque está dentro de tu zona de mejora y aprendizaje.
Siguiendo con el ejemplo, antes de aceptar como objetivo «quiero bajar de los 68 kilos actuales a los 58 kilos en el plazo de 3 meses desde hoy mediante una dieta sana y equilibrada (detallada en el plan de acción)«, comprobemos que esté dentro de las posibilidades reales.
Podemos recurrir a experiencias pasadas:
Pero quizás es la primera vez que te pones a dieta y no sabes cómo te sentará. Si no recuerdas antecedentes, busca situaciones similares que hayan requerido de las mismas habilidades para superarlas: fuerza de voluntad, constancia, disciplina, motivación, perseverancia, compromiso…
Ha llegado un momento clave: siendo consciente de lo que quieres conseguir y de la situación real de partida, ¿qué probabilidades reales hay de que lo puedas conseguir? En el caso de que esté fuera de tu alcance actual, acepta aquello que no puedes modificar, aquello que no está en tu mano poder cambiar. La aceptación es el antídoto de la frustración.
La zona de confort no es sólo aquella donde te sientes a salvo, también delimita aquello que se te da bien, aquello que te resulta fácil o cómodo, de todo lo demás. Y aunque en ocasiones es posible romper esa barrera, no todas las personas pueden hacer de todo. Recuerda ponerte siempre retos que te hagan «sacar un pie fuera» de tu zona de confort, no necesariamente el cuerpo entero. No es necesario que te lances al vacío.
Lo que diferencia un sueño de una meta es una fecha límite. Sin una fecha tope, empezarás a procrastinar, a postergar las tareas que te acercarán a tu objetivo. Y así, lo siento, pero nunca lo vas a lograr. Así que sé honesto/a contigo mismo/a a la hora de fijar un plazo en tu calendario. Nadie mejor que tú sabe si el plazo que te has dado entra dentro de tus posibilidades reales.
Resumiendo, en base a estas 5 premisas SMART, nuestro objetivo del ejemplo quedaría así: «quiero bajar de mis 68 kilos actuales a 58 kilos, llevando a cabo una dieta equilibrada y sana definida en mi plan de acción, y lo quiero conseguir en un plazo de 3 meses (mi fecha límite es el día X)«. Y esto es realista y alcanzable porque ya lo he conseguido antes y sé que esta dieta me funciona. Lo cual me ayuda a mantener la motivación porque vivo el resultado como un éxito garantizado.
Si quieres asegurar tu éxito, plantea tu objetivo en base a estas 5 cuestiones SMART. Y una vez definido, pasa inmediatamente a la acción. Deja de pensar en lo que no quieres y enfócate en lo que sí quieres. HAZLO REAL. Este es un requisito fundamental para conseguir cualquier objetivo: toma la decisión de hacerlo y comprométete con tu logro, es decir, persiste hasta lograrlo.
No te rindas al primer obstáculo. Éste es realmente el mensaje de «QUERER ES PODER».
Ya sabes que me tienes a tu disposición para trabajar en tus objetivos, pincha aquí y cuéntame tu caso.
Gracias por compartir este artículo. Nos vemos en las redes (@InmaRomeroMCP) con más recomendaciones y consejos para tu crecimiento personal y profesional.
EL CAMBIO SE PRODUCE A BASE DE PEQUEÑOS PASOS.
Feliz día!!
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